La tasa de inflación central de Japón cayó al 3.3% en junio, ofreciendo algo de alivio después de alcanzar un máximo de 29 meses.
La cifra de inflación central excluye los alimentos frescos, que fluctúa más debido al clima y las condiciones de suministro.
Las cifras más recientes, publicadas el viernes por el Ministerio de Asuntos Internos de Japón, generalmente estaban en línea con los pronósticos de economistas encuestados por Reuters.
La tasa de inflación principal cubre todas las categorías y bajó a 3.3% en junio desde 3.5% en mayo. No obstante, es el 39º mes consecutivo que la inflación ha excedido la meta del 2% del Banco de Japón (BOJ).
Una medida más amplia, la llamada tasa de inflación "núcleo de núcleo", que excluye no solo los alimentos frescos sino también los precios de la energía, aumentó a 3.4% de 3.3% el mes anterior. Se considera el punto de referencia para las tendencias de inflación subyacentes y el BOJ es monitoreado de cerca.
Si bien la inflación se ha ralentizado, los precios aún son altos en comparación con años anteriores, y el público continúa asumiendo un costo de vida creciente.
Los precios de los arroz comienzan a estabilizarse
Un impulsor clave de la inflación japonesa ha sido el arroz, un elemento básico en prácticamente todos los hogares. En mayo, los precios del arroz habían aumentado más del 101.7% interanual, el salto más empinado en más de 50 años.
Pero esa tasa disminuyó un poco en junio. El salto de 100.2% interanual en el precio del arroz fue la primera indicación de una subida en meses.
La relajación se produjo después de que el gobierno liberó las reservas de arroz a principios de este año para enfriar los precios. La intervención ayudó a apuntalar el suministro y amortiguar la especulación en el mercado.
Sin embargo, los precios siguen siendo altos, y los funcionarios advierten que las ripplede esa mala cosecha en 2023 todavía se están sintiendo. La temporada de cosecha 2023 se vio afectada por el clima anormal, incluidos los tifones y el calor récord que reduce la producción en las principales regiones de arroz.
Aunque la tendencia actual es prometedora, según los expertos, un retorno a los precios estables del arroz dependerá de la cosecha 2025, que aún se desconoce.
Los aranceles de Trump amenazan la recuperación económica de Japón
Los datos de confianza provienen de la economía de Japón, que está cada vez más nublada por incertidumbres económicas externas . Uno grande es la política comercial de los Estados Unidos.
Eldent de Estados Unidos, Donald Trump, dice que no está listo para llegar a un acuerdo comercial con Japón. Eso ha avivado los temores de aranceles adicionales que dañarían las exportaciones japonesas, particularmente de los automóviles, el producto más grande que Japón envía a los Estados Unidos.
Un arancel del 25% sobre una amplia franja de productos japoneses entrará en vigencia el 1 de agosto, mientras que un impuesto del 25% en los automóviles permanecerá en su lugar.
La introducción de estas tarifas llegaría en un momento particularmente desafiante para la economía japonesa. Japón ha anunciado que su PIB cayó 0.2% en los primeros tres meses de 2025 en comparación con el trimestre anterior. Fue la primeratracen un año, impulsada principalmente por una fuerte caída de exportación.
La presión financiera se perfila como un tema importante antes de las elecciones de la Cámara Alta del próximo verano, en las que los votantes siguen enojados por los precios que los precios fuertes pero los salarios estancados.
El crecimiento de la inflación persistente tiene a algunos participantes del mercado que especulan sobre la necesidad de aumentos de tasas de interés por parte del Banco de Japón. Después de todo, la tasa de inflación principal ha estado por encima del objetivo del 2% durante más de tres años.
Pero el banco central permanece cauteloso. Los analistas de Bank of America han dicho que el BC es poco probable que aumente las tasas antes de enero de 2026.
Dicen que el gobernador de BOJ Kazuo Ueda apunta a las expectativas de inflación, que permanecen por debajo del 2%. Estas expectativas, lo que las empresas y los hogares esperan como inflación futura, son una señal importante de si la inflación está realmente integrada en la economía.
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