Australia se enfrenta a una nueva ola de estafas relacionadas con las criptomonedas, esta vez relacionadas con la rápida expansión de los cajeros automáticos de criptomonedas en todo el país.
Los nuevos datos de ReportCyber muestran que los australianos perdieron más de 3,1 millones de dólares australianos en estafas relacionadas con cajeros automáticos de criptomonedas entre enero de 2024 y enero de 2025.
La Policía Federal Australiana (AFP) ha emitido una advertencia, instando a una mayor conciencia pública, ya que estos fraudes se dirigen cada vez más a grupos demográficos vulnerables, en particular a los mayores de 50 años.
Con más de 1,600 cajeros automáticos de criptomonedas operando ahora en el país, frente a solo 23 en 2019, el riesgo de explotación está creciendo en paralelo con la accesibilidad.
Más de 150 denuncias presentadas, la pérdida media supera los 20.000 dólares australianos
Entre el 1 de enero de 2024 y el 1 de enero de 2025, la plataforma nacional de informes de ciberdelitos de Australia, ReportCyber, recibió 150 informes específicamente relacionados con estafas de cajeros automáticos de criptomonedas. Esto equivale a aproximadamente un informe cada dos días y medio.
Las pérdidas totales estimadas se situaron en 3.107.600 dólares australianos, con una pérdida media de más de 20.000 dólares australianos por incidente, según la AFP.
Las autoridades sugieren que estas cifras pueden representar solo una fracción del impacto real. Muchas víctimas no denuncian sus casos debido a la vergüenza, la falta de conciencia o la dificultad para navegar el proceso de denuncia.
AUSTRAC, la agencia nacional de inteligencia financiera, reveló que alrededor de 275 millones de dólares australianos fluyen anualmente a través de cajeros automáticos de criptomonedas en Australia.
Una parte importante de ese volumen está vinculada a actividades fraudulentas, aunque la cifra exacta sigue sin cuantificarse.
La falta de regulación y el aumento del uso empeoran el riesgo
Los cajeros automáticos de criptomonedas, a menudo situados en lugares de fácil acceso, como tiendas de conveniencia o junto a máquinas expendedoras de niños, ofrecen comodidad a costa de la seguridad.
La naturaleza irreversible de Bitcoin y los bajos requisitos de identificación de muchas máquinas los convierten en herramientas ideales para los estafadores. A diferencia de las transacciones bancarias tradicionales, una vez que las criptomonedas se envían a través de un cajero automático, prácticamente no hay forma de recuperar los fondos.
El problema no es exclusivo de Australia. En Estados Unidos, la División de Protección al Consumidor del Fiscal General de Michigan ha hecho sonar alarmas similares sobre las estafas de cajeros automáticos de Bitcoin dirigidas a adultos mayores.
En Canadá, las autoridades han señalado previamente a estas máquinas como posibles conductos para el lavado de dinero. El Reino Unido procesó a un individuo el año pasado por operar un cajero automático ilegal de Bitcoin.
A pesar de los esfuerzos mundiales para tomar medidas enérgicas contra el uso indebido, las regulaciones que rigen estas máquinas siguen siendo irregulares.
Sin los procedimientos obligatorios de Conozca a su cliente (KYC), los estafadores pueden aprovechar el anonimato y la velocidad de las transferencias de criptomonedas para mover fondos ilícitos de forma rápida e invisible.
Los estafadores se aprovechan de la urgencia, los funcionarios falsos y la manipulación emocional
Las estafas de cajeros automáticos de criptomonedas a menudo siguen técnicas de ingeniería social bien establecidas. La AFP destaca que los estafadores suelen ponerse en contacto con las víctimas haciéndose pasar por funcionarios gubernamentales, personal bancario o agentes de soporte técnico.
Algunas víctimas son atraídas a través de estafas románticas, promesas de inversión u ofertas de trabajo, que a menudo implican una intensa manipulación emocional y presión para actuar con urgencia.
A continuación, se indica a la víctima que retire dinero en efectivo y lo deposite en un cajero automático de criptomonedas, a menudo mientras está en una llamada en vivo con el estafador.
Los estafadores a veces afirman que la transacción es necesaria para “asegurar las cuentas” o evitar acciones legales. Estas tácticas explotan tanto el analfabetismo digital como la vulnerabilidad psicológica, especialmente entre las personas mayores.
Para combatir estas estafas, la AFP y AUSTRAC recomiendan una mayor conciencia pública y una mejor educación sobre los conceptos básicos de las criptomonedas.
A medida que el valor de Bitcoin sigue aumentando y el número de cajeros automáticos crece, los expertos advierten que el problema podría empeorar sin una intervención regulatoria coordinada.
